martes, 29 de julio de 2008

Falsas Esperanzas

La mujer cambió de marcha. Andaba más deprisa, todo lo oía más cerca. Su pulso se convertía en pura percusión, traspasaba los muros de la casa como si fueran de papel cebolla, estaba hundida en el caos. Se encerró en el baño y suspiró.

Él seguía caminando, la acosaba, la enredaba...Quería hacerla sufrir. Palpaba ya en sus labios su dulce esencia, la quería sentir aún más, más cerca.

- Sabes que te alcanzaré, da igual donde estés. - Intentaba utilizar su don para arrancarle el alma en sufrimiento. Mostrarla más delicada y frágil de lo que esperaba. Jasper sentía en su cuerpo esa necesidad y angustia también, pero la deseaba más que nada. Podía con todas esas sensaciones juntas.

Ella se apoyó contra la puerta y respiró hondo. El ambiente olía a su gel de baño, a su champú, a Edward, y a... perfume.

Uno que no supo reconocer, pero que al mismo tiempo le resultaba tan familiar.

- Bella - la voz la llamó, perfumada, sutil y elegante. - Jasper se ha ido, no te asustes.

- Rosalie? - contestó. Posó el oído en la madera, teniendo la esperanza de que lo escucharía todo, incluidos los pasos del gemelo Hale, quién parecía dispuesto a perseguirla eternamente. - ¿Eres tu? ¿Donde estas?

- Si, Bella, soy yo...sal, Edward te está esperando.

"¿Edward?" pensó "Si estuviera Edward ahí me habría dicho él mismo que saliera...”

- ¡¡AHH!! - Un golpe seco en la puerta la había partido en trozos. Debió de apartarse enseguida para que no le hicieran daño las astillas, se protegió con las manos la cabeza y corrió hasta donde le dejaron ver sus ojos. Allí estaba ella, apoyada contra la bañera, percatándose de que los dos hermanos a los que más temía se encontraban delante. Los ojos negros, oscuros; en sus cabellos dorados reflejándose la luz de la luna, suave e inerte como sus rostros.

- Sonríe Bella, el día que esperabas ha llegado.

- No...Por favor - Bella se encaramó a la pálida piedra, cerrando los ojos y abriéndolos continuamente. No se lo terminaba de creer. - Edward...Edward...

- Él no vendrá - La voz de Jasper sonaba distinta de la de siempre, nunca había sido demasiado efusivo y sin embargo ahora, le temía más que nunca. - Estas sola, corderito.

- Rosalie, por favor, no querrás...- "que me ocurra lo mismo que a ti..." acabó en su cabeza. No le salían las palabras, estaba temblando, sudaba. Tenía miedo. Sentía escalofríos, todo era igual que una pesadilla.

- Tú me has quitado todo lo que yo deseaba. Y no me gusta que me quiten lo que es mío. - Sin duda parecía que tenía más que razones para hacerlo y eso le asustaba. Sentía que podía desmayarse, y quizá fuera lo mejor, dejar abandonado a su cuerpo vagando entre los brazos de Jasper Hale.

No transcurrieron ni dos segundos y ya sostenía los cabellos rubios de este entre sus dedos, apartándole la cabeza de su frágil cuello.

La primera gota que probó le pareció desesperante, era todo prisa y angustia; los pasados sentimientos le pasaban factura, pero eso también pareció darle igual. Ella entera era suave chocolate derritiéndose en su lengua, resbalándose entre sus dientes y sus labios como agua, machando su camisa y hasta el suelo. La sensación la describiría luego como el mayor de los éxtasis.

Sujetaba a una Bella dócil, y ésta no tenía más remedio, su cuerpo estaba siendo aprisionado contra la pared.

Lloraba sin ganas, se aferraba a la vida igual que a su espalda, con fuerza, con aplomo. Intentaba sobrevivir a todo ello...

Sombras nada más. Apenas tenía voz, y le faltaba cada vez más incluso el aire.

"No puede ser..."

Para Jasper la situación era diferente, la sangre bajaba por su garganta, caliente y metálica; bebida de dioses. Como real ambrosia. Disfrutando de ello sonreía entre dientes para no perderse nada. Y pensar que había esperado tanto tiempo para esto, era aquello todo lo que necesitaba en su vida, más incluso que a Alice. La intensa relación entre ellos dos no le habría sacado de ese pozo sin fondo. La luz, eso era, luz. Rosalie le había enseñado a pensar por sí mismo, a no caer en los juegos místicos de Alice. Y por fin daba su fruto, por primera vez en su vida era lo que ÉL quería.

Cuando sintió que su cuerpo se desvanecía y su pulso descendía con claridad en su yugular y ya parecía haber acabado todo, llamó a Rosalie con la mano. Perpleja, asombrada por su ferocidad, rechazó la oferta con cortesía. Continuó de pie junto al espejo.

- Bebe de ella, nunca habrás probado nada igual. - pidió. Quizá con algo de remordimiento, para no sentirse completamente solo en todo esto.

- Bebe tu, hermano. Es el fruto de nuestra discordia. - Sus palabras salieron lentas, pero ni dudosas ni inseguras. Pura Hale. Se miraron con astucia y como hermanos que eran, con ternura.

- Ven conmigo - Insistió. Rosalie tomó la mano de Jasper y se agachó junto a Bella, ella solo pudo rodar los ojos hacia su asesina. Sería para siempre, su carcela, su pertenencia si la dejaran vivir. - Hazlo, Rose...no tendrás una oportunidad mejor. Mátala.

Al oír esas palabras, Bella cogió fuerzas de su más oportuna adrenalina y gritó.

- ¡No la elegirías...! - La segunda parte de la frase se le atragantó en la garganta, tosió y escupió lo poco que le quedaba de saliva, sus ojos morían poco a poco, su respiración ya no era la marcha triunfante, ahora sonaba más bien a un vals lento, a morfina desatada en su piel - Para ti... - susurró.

Silencio.

Ausencia total de sonido.

Negrura.

- ¡ROSE! - Ella se había quedado estupefacta, parecía asustada - ¡Rosalie! ¡Despierta! - Jasper la zarandeó de un lado a otro. Bella moría. Todo ocurría muy deprisa.

Oyó un gemido de fondo, una luz que se apagaba, el fin. El fin de toda su existencia.

Otro golpe.

Dolor. Más dolor...más sangre en su cuello.

- ¡No! - Era Jasper de nuevo. - Rose no me hagas esto...

Dejó de escuchar y hasta de pensar. Otro golpe. Algo duro, frío y manchado. Los azulejos del baño.

"Charlie se enfadará"



.


Rosalie volvió al mundo real. Habla Jasper.

- ¿Esta muerta?

- Nadie vive a un golpe asi.

- Porque has hecho eso, podías haber acabado con ella más dulcemente.

- No quería vivir con algo frío y duro. Pues yo le he dado lo que ansiaba. Ha muerto contra algo frío y duro.

- Eres cruel, Rosalie Hale... me encanta. - Los dos hermanos salieron de allí. Rodearon el cuerpo, la poca sangre que quedaba y la puerta destrozada. Bajaron las escaleras y despidieron a un Charlie inerte en la silla de la cocina.

Sin peligro y con mucha tranquilidad. Se merecían algo de paz después de todo aquello.

Sonaba Appassionata. El móvil de Rosalie cantaba a los cuatro vientos la sonata de su felicidad.

"¿Rosalie? Rosalie, ¿donde esta Bella? ¿Esta bien?" - La voz de Edward sonó al otro lado de la línea. Sonaba realmente histérico y desesperado. - ¡Contesta!

- Ha llamado al móvil de Rosalie, en este momento su dulce sangre esta recorriendo su garganta - Jasper se burló - Hola hermano. Rosalie no está pero le daré tu mensaje cuando aparezca.

"¡Jasper, tu no!”

- Demasiada presión mediática, hermanito. - Jasper lo dejó encima de la mesa. Los dos se sonrieron y se cogieron de la mano como dos niños diabólicos. En el porche de la casa les esperaban. Desde allí vieron dos coches: Uno amarillo y otro negro.

- Vamos Emmett, querido. Hay que buscar refugio, el sol apremia - Él sonrió con dulzura a su esposa. Le besó la mano que tenia libre y la puso sobre su brazo.

"¡¡Rosalie, Jasper!!". El teléfono. Un llanto. Otro llanto. Un grito que helaba la sangre. Ahora si que respiraron aire puro.

- No mires nunca atrás.

miércoles, 12 de marzo de 2008

Crazy Poem!

Me enamoro del viento,
solo del viento...
solo del espectro,
del arcoiris,
de las nubes,
del sol abierto.
Me enamoro de tu risa,
de lo incierto,
de lo que piensas,
de lo que siento...

Weny



Crazy, Crazy...
Baby, I go crazy!



*

Fue el momento especial, la parte concreta del amar...
A veces parecía inestable,
a veces pensante...
Solo recuerdo tu cabello oscuro, acariciando el viento,
los árboles recordando en tu pelo su propio aroma,
el espíritu de fuego su etiqueta frustrada...

Suspiro solo de pensar que quiza no vuelva a verte,
a respirar tu mismo aire,
vitaminas en mi piel, en mi cuerpo,
en todas las ganas que tengo...
y cada dia parece que me vuelvo mas loca.
O mas idiota?...

Soñamos un imposible...
pero aun asi, soy feliz,
soy feliz porque te tengo conmigo...

Esto parece un poema pero tampoco lo es...mas bien es mi pequeño comentario loco para ti *

martes, 26 de febrero de 2008

Sin saber

.
Ojala tuviera mas palabras,
para hablarte.
Necesitaria como mil años de expresion
casi un siglo de alabanzas,
¿perdon?
No es aquella mi pequeña reflexión.

A veces hasta falta el aire,
y como ahora, las frases,
los dichos, los refranes...
¿Es lo que oigo tu voz?
¿Lo que hace enloquecerme,
lo que vuelve loca mi boca?
¿Acaso lo que mi mente destroza,
no son estos versos?

Solo un respiro en el cargado aire,
como tocar el cielo con mis dedos,
asi de dificil se me hace,
escribirte y a veces pensarte.
Tan imposible apareces sin querer,
mientras mi alma vadea el lago del deseo,
no hace tan complicado el parecer,
sino largo y eterno el beso.

Weny